LAS CARACTERÍSTICAS DEL MANIPULADOR EMOCIONAL
El manipulador emocional no es necesariamente un individuo afectado por una psicopatología narcisista. Incluso en una relación de pareja ordinaria, podría ocultarse un mecanismo "enfermo" de manipulación afectiva. El típico manipulador emocional se alimenta de la adoración de otra persona porque tiene una necesidad fuerte y constante de sentirse tranquilo.
En las relaciones el manipulador suele despertar en la pareja un sentimiento de culpa, celos, inadecuación y tiende a aislar a su mujer del entorno externo para ser el único protagonista de su vida. Por tanto en esta dinámica hay una víctima y un manipulador: la víctima es generalmente una mujer que es sometida a tortura psicológica por un hombre narcisista.
A menudo se reconocen tres fases: la idealización, en la que el manipulador emocional hace todo para complacer a su mujer, la devaluación, en la que esa carga energética de atención y cuidado, con cierta maldad, se desvía hacia la humillación, y finalmente el descarte final, es decir, el abandono de la víctima.
Dependiendo de la personalidad y el carácter, el manipulador adopta diferentes estrategias. Muchas veces se comporta como un seductor, carismático, atractivo y encantador. En otros casos, se comporta como un dictador, agresivo y violento. A menudo hace alarde de su cultura y habilidades de comunicación siendo sociable, simpático y extrovertido. La versión opuesta es el manipulador tímido, que con mentiras, miradas críticas y una tendencia al silencio, disemina tensiones y sospechas que muchas veces hacen que la gente pelee. Otro tipo es el manipulador altruista, que siempre se muestra disponible, con el segundo objetivo de obtener algo sustancial a cambio.
El manipulador es egocéntrico y destructivo con las personas con las que se relaciona.
No se menciona la manipulación afectiva per se, excepto en un contexto en el que aparece el objeto de manipulación: el manipulador se manifiesta cuando encuentra a su víctima.
¿CÓMO SE CONVIERTE UNO EN VÍCTIMA DE UN MANIPULADOR EMOCIONAL? ¿CÓMO NO CAER EN SUS MANOS?
Las personas con baja autoestima son las más vulnerables a la fuerza destructiva de un manipulador emocional. Se sienten inapropiadas, con un gran sentido de sacrificio, tienden a decir siempre que sí y a ser sumisas. De esta forma se crean mecanismos de dependencia afectiva y emocional. Hay que tener en mente que los manipuladores tienen habilidades extraordinarias para afirmar su supuesta superioridad, por lo que la víctima nunca es culpable de quedar atrapada.
Para contrarrestar la manipulación afectiva, ante todo, se necesita una gran conciencia: ¿cómo reconocer las estrategias manipuladoras? El manipulador emocional tiende a comportarse de manera diferente cuando está solo con su víctima y cuando está en público. En el primer caso, es un adulador. Frente a las personas, tiende a estar en el centro de atención, realzando sus cualidades y al mismo tiempo humillando y denigrando a la víctima. Si sientes que no puedes confiar en tu pareja, que siempre te está menospreciando y que solo recibes atención cuando intentas reaccionar, entonces puedes estar en manos de un manipulador.
¿Cómo defenderse? Primero, no te acerques demasiado. Mantener la distancia usando palabras vagas representa la que se llama técnica de la niebla. Ante una comunicación superficial, el manipulador percibirá indiferencia y se alejará de la víctima. También está bien permanecer en silencio y terminar la conversación. Lo importante es no alimentar su grandeza, felicitarlo, admirarlo o elogiarlo de alguna manera, porque eso alimentaría su ego. Las armas que se utilizarán son la neutralidad y la indiferencia.
¿CÓMO DEFENDERSE DE UNA RELACIÓN TÓXICA CON UN MANIPULADOR EMOCIONAL?
Primero trate de tener una visión clara de la realidad: esta persona no cambiará.
El método del "no contact", así como el cierre de cualquier canal de comunicación, puede ser un buen primer paso. Sin embargo, las estrategias adoptadas por el manipulador son tramposas y es fácil volver a caer en sus garras.
Por ello es recomendable contactar con un profesional, como un psicólogo o un psicoterapeuta, para recuperar la estabilidad psicológica y el bienestar general, modificando así todas las falsas percepciones e ideas distorsionadas sobre las experiencias adquiridas durante la relación.