El asesoramiento psicológico es un camino eficaz para muchos problemas de la vida. Sin embargo, a veces una persona no sabe cuándo tiene que ir al psicólogo.
Es decir…
¿Cuánto deberían ir mal las cosas antes de pedir ayuda a un especialista?
Los profesionales conocen un secreto que ha sido demostrado también por los estudios: cuanto antes busquemos un tratamiento, más rápida será la resolución del problema y nos sentiremos mejor.
Podría parecer algo obvio, sin embargo, las personas suelen esperar que los problemas se vuelvan enormes antes de pedir ayuda.
Estas son las 13 razones (+1) que indican cuándo y por qué deberías ir al psicólogo.
1) La situación en la que te encuentras provoca un malestar significativo en tu vida.
Básicamente, lo que estás viviendo está causando problemas importantes en tu vida cotidiana, que se trate se trabajo, familia, amor, relaciones, escuela o cualquier otro ámbito.
Podría ser que ya no eres capaz de concentrarte, de gestionar tu humor, a lo mejor simplemente tu entusiasmo parece haber desaparecido, a lo mejor evitas interactuar con ciertas personas o te sientes derrotado por temor o por algún tipo de fobia.
Si la ansiedad, la depresión, el malestar o lo que sea provoca efectos negativos en uno de lo entornos arriba descritos y esto se prolonga por semanas, es una señal concreta de que ha llegado el momento de pedir ayuda.
2) Nada de lo que has hecho hasta este momento parece haber funcionado
Cuando la personas sufren, es difícil que no hagan nada para tratar de reducir su malestar. Sin embargo, algunas veces, las estrategias adoptadas dejan de funcionar o, en algunos casos, incluso empeoran la situación.
Si ya has intentado una decena de cosas diferentes como hablar con un amigo, hablar con un cura, bailar, hacer más ejercicio físico, apuntarte a un curso, leer un libro de auto-ayuda, practicar yoga, informarte en línea... y nada de todo esto ha mejorado realmente las cosas, podría ser una señal de que ha llegado el momento de hablar con un psicólogo.
3) Tus amigos (o tus familiares) están hartos de escucharte
Los amigos y la familia son un recurso increíble. Están a tu lado cuando las cosas salen bien y también están contigo cuando las cosas salen mal.
Sin embargo, algunas veces un amigo o un familiar puede sentirse atropellado por tus problemas.
Podrían empezar a dedicarte menos tiempo, no responder inmediatamente a tus mensajes, a tus llamadas o responderte después de varios días (sin ninguna explicación).
No se han vuelto malos de repente, todavía te quieren, simplemente pueden estar un poco hartos de escucharte.
Esta es una señal evidente de que tus problemas están atropellando también a tu sistema de soporte social y significa que ha llegado el momento de hablar con un psicólogo.
4) Se empieza a abusar de algo o de alguien
Algunas personas, cuando no pueden resolver sus problemas, se refugian en el alcohol, en el tabaco, en las drogas o en los psicofármacos... Todas estas sustancias alteran el humor.
Si se pierde el control en este intento de automedicación o huida de la realidad, se agregarán otros malestares a nuestros problemas que ya existen.
Sin embargo, no existe solo el abuso de sustancias. Muchas personas empiezan a pasar todo su tiempo en línea o a visitar páginas pornográficas, de juegos de apuestas o apuestas.
La situación empeora aún más cuando dirigimos nuestra angustia a otra persona de nuestra vida como, por ejemplo, a una persona que queremos. Algunas veces una persona en dificultad puede desahogar su rabia en las personas que están a su lado.
Pedir ayuda en estos casos es lo mejor que puedes hacer para ti y para los que te quieren. Un psicólogo puede ofrecerte una ayuda válida en caso de dependencias, problemas alimentarios, trastornos del sueño o gestión del estrés.
5) Las personas te hacen notar que hay algo raro en ti
A veces puede pasar que no nos demos cuenta de nuestros cambios y las personas que nos rodean pueden hacernos notar o pueden entender que hay algún problema en nuestra vida. Quizás un día un amigo o una amiga te diga: “¿Todo bien? Me parece que últimamente estás por los suelos... Estoy preocupado por ti, quizás deberías hablar con alguien”... o podría ser que tu pareja se dé cuenta de tu malestar o un compañero de trabajo, un profesor o un compañero de la escuela.
En este caso, podría ser útil concertar la primera cita con el psicólogo.
6) Todo lo que sientes parece estar amplificado
Todos, tarde o temprano, vivimos momentos de tristeza, cansacio, conflicto... Pero, ¿cuánto son intensas las emociones negativas actuales? ¿Con qué frecuencia se presentan?
Sentirse derrotados regularmente por rabia o tristeza indica un problema de fondo. La ansiedad constante, los pensamientos negativos y la evitación incluso pueden ser muy debilitantes.
Si tu existencia se está volviendo cada vez más “pequeña” por evitar algunas situaciones que, en cambio, deberían ser la normalidad, probablemente ha llegado el momento de acudir a alguien. Un psicólogo puede ayudarte a gestionar los momentos difíciles, a identificar la fuente del problema y sugerirte estrategias y herramientas prácticas para superarlo.
7) Has sufrido un trauma y no puedes dejar de pensar en ello
Un duelo en familia, el fin de una relación o la pérdida del puesto de trabajo son acontecimientos dolorosos que desestabilizan la existencia.
Las personas suelen pensar que “las cosas se arreglarán con el tiempo”, sin embargo, no siempre es así. El dolor de una pérdida puede comprometer la vida de todos los días cotidiana y las relaciones con los demás, incluso en el futuro.
Esto no significa que deberíamos estar contentos. El dolor es un sentimiento natural en estos momentos. Sería raro el contrario.
De hecho, existe un tiempo para la felicidad y un tiempo para el dolor. Pero, en lugar de dejarnos derrotar y devastar por el dolor, podríamos emplearlo para seguir viviendo lo mejor posible, más allá de lo que nos haya pasado.
Si al cabo de un tiempo no tenemos entusiasmo o, de lo contrario, somos hiperactivos para no pensar en lo que nos ha pasado, podría ser que la herida todavía esté abierta o no haya sido elaborada de manera suficiente.
Un psicólogo puede ayudarte a encontrar la manera adecuada para encarar un trauma o a la pérdida de una persona querida.
8) Tienes dolor de cabeza recurrente y no entiendes la razón, o tienes dolor de estómago y debilidad crónica. Tu sistema inmunitario parece debilitado.
Lo más útil sería acudir a un médico. Una vez que has comprobado que el problema no es orgánico, sería bueno pensar en la parte psicológica, de hecho si estamos turbados a nivel emocional, todo esto puede influir de manera negativa en nuestro cuerpo. Según estudios, el estrés puede manifestarse bajo forma de una amplia gama de trastornos físicos, que van del dolor de estómago crónico o del dolor de cabeza, hasta llegar a resfriados frecuentes pasando por la disminución del deseo sexual, temblores y mucho más.
A veces los síntomas están causados por problemas mayores. Algunos trastornos psicológicos pueden manifestarse de varias formas y pueden estar disfrazados como si fueran otras cosas. En estos casos un camino psicológico podrá ser una ayuda importante, aunque sea para descubrir cuál es el problema.
9) Tu trabajo no sale bien
Las prestaciones y las relaciones de tipo laboral suelen empeorar entre quienes sufren problemas de tipo emocional o psicológico. Además de la dificultad a la hora de concentrarse y de prestar atención, estas personas pueden recibir respuestas negativas por parte de sus jefes o de sus colaboradores o compañeros, que les hacen notar la merma en la calidad de su trabajo.
Esto podría ser una señal clara que ha llegado el momento de acudir al psicólogo.
10) Has perdido tu entusiasmo por lo que te gustaba
De repente, te sientes alejado de las cosas que antes te gustaban mucho.
Si tus pasatiempos, tus actividades, las salidas con tus amigos y tu pareja o las reuniones familiares ya no te llenan de alegría como antes podría ser una señal de que algo no funciona como debería.
Si te sientes como si nada tuviera sentido, si percibes un sentido general de infelicidad, empezar un camino con un terapeuta podrá ser una ayuda para encontrar un poco de serenidad o para empezar a tomar una nueva dirección.
11) Tus relaciones son muy inquietas
Si sueles sentirte infeliz o enfadado a lo largo de las interacciones con tus personas queridas o con tu pareja, si tienes dificultad en crear relaciones sentimentales estables o tienes problemas en las relaciones sentimentales actuales, si en la intimidad o en la sexualidad hay algún problema significativo, si tus hijos están viviendo un periodo muy difícil, podría haber llegado el momento de pensar en un camino individual, de pareja o familiar.
12) Mejora de las prestaciones
Algunas personas de éxito en el ámbito deportivo o laboral tienen un psicólogo personal que les permite tener una mejor claridad, concentración y lucidez. De hecho, la preparación mental es un acelerador fiable de los resultados.
A través de ejercicios y de estrategias, el psicólogo puede ayudarte a mejorar tus prestaciones o a preparar grandes acontecimientos, que podrían ser una competición olímpica, un seminario o una entrevista de trabajo importante.
13) Estás feliz pero tienes la necesidad de aclarar algo concreto o quieres mejorar algunas habilidades
No es necesario “sufrir” para acudir al psicólogo. Un camino de crecimiento puede permitir pararse, mirarse al interior, tomar conciencia de nuestro propio potencial y aclarar algunos aspectos de la vida.
Es posible aprender a aceptarnos y amarnos, explorar algunos obstáculos que bloquean nuestra autoestima y nos impiden alcanzar nuestros objetivos, sentirnos personas más preparadas, descrubrir cuál es nuestro objetivo en la vida, comprender quiénes somos realmente, abandonar cuestiones que ya no sirven, perdonar y perdonarnos.
Es una experiencia que permite a las personas que desean ser más eficaces en la vida eliminar las barreras mentales que las limitan y liberarse de los auto-sabotajes y expresar su propia personalidad de manera clara y transparente.
P.S. La razón (+1) por la que deberías ir al psicólogo, a lo mejor es la más importante: siempre vale la pena confiar en un verdadero profesional.
Hoy en día está lleno de figuras profesionales y de “entrenadores” falsos. De hecho, según parece existe un “entrenador” para todo, incluso para atarse los cordones de las zapatillas... Existe el entrenador para el trabajo, para el espíritu, para el amor, para la vida... Se trata de grandes “entrenadores” que se presentan como personas “superTOP” de éxito, siempre dispuestas a resolver tus problemas, mientras que en la realidad se trata de individuos que hasta el día anterior tenían otro trabajo. Estos individuos están insatisfechos de su propio trabajo e intentan reciclarse en otra actividad solo porque han asistido a un videocurso o a un curso de 5 días en vivo con su supuesto gurú-entrenador.
La cuestión es que correr un maratón, frecuentar un curso de supervivencia, aprender algunas citas de Anthony Robbins, pavonearse repitiendo algunas nociones de PNL y realizar algunos ejercicios sobre la visión, la misión, los objetivos inteligentes (S.M.A.R.T.) etc... NO significa estar preparado.
Autodefinirse entrenador de algo, alardear supuestos títulos con nombres altisonantes en inglés (no reconocidos)... ¡no significa tener las competencias para jugar con la vida de los demás!
El problema es que con su ingenuidad e incompetencia, en el peor de los casos hacen daños que luego tienen que resolver los psicólogos y los mismos desafortunados clientes.
Si te tropiezas en uno de estos personajes, dile simplemente que ha llegado la hora de crecer y buscar un trabajo verdadero.
Cuando se trata de tu bienestar y de tu salud, lo mejor que puedes hacer es confiar en un verdadero psicólogo, es decir, un profesional serio, reconocido y competente con una formación personal larga y continua.
RECUERDA:
Tu bienestar psicológico y emocional es uno de los factores más importantes para determinar la calidad de tu vida. Si te has reflejado en una de las señales mencionadas en este artículo, toma en consideración la posibilidad de concertar tu primera cita con un psicólogo.
Sería una lástima sufrir inútilmente por no haber buscado una ayuda profesional.
Con la armonía y el equilibrio interior podrás gestionar, día tras día, acontecimientos y obstáculos, establecer y alcanzar objetivos importantes y “viajar” libre y ligero por el mundo. .
No esperes, encontrar el psicólogo justo para ti es mucho más simple de lo que imaginas, estarás orgulloso del camino que has emprendido...
¡Que tengas una vida llena de felicidad y satisfacción!