Muchas personas pueden relajar los ojos simplemente cerrándolos. A partir de este supuesto nace el Palming, una técnica natural e instintiva para relajar los ojos y la mente, ideada por el Doctor Bates, el cual intuyó que excluir completamente la luz permitía obtener una relajación aún más eficaz.
Algunas personas, cuando cierran los ojos, perciben un campo visual total y perfectamente negro, sin manchas de colores, centelleos o ilusiones que suelen estar dictados por una vista imperfecta o por una tensión mental que a veces permanece incluso cuando se abren los ojos.
Para aliviar esta tensión es posible acudir al ejercicio del Palming, que se caracteriza por una exclusión de la luz, por el reposo del ojo y por una sensación de frescura regenerante final.
Palming: Cómo se lleva a cabo el ejercicio
- Pon las palmas de las manos como si fueran copas, cruza delicadamente los dedos en la frente
- Cierra los ojos y posiciona los pulgares para que se exluya lo más posible la luz exterior
- No parpadees, no comprimas los ojos y deja libre la nariz.
- Apoya los codos en la mesa o en una almohada, intentando relajar al mismo tiempo los músculos del cuello y de la cabeza.
- Una vez alcanzado un buen equilibrio físico, visualiza un color negro perfecto y uniforme. No te esfuerces en hacer esto, el objetivo es relajarse y hacer todo de manera espontánea y natural.
- Cuando el palming alcanza su objetivo, o sea, la relajación, el campo visual del individuo ya no presenta alteraciones, volviéndose de un color negro uniforme, como siempre debería ser, debido a la exclusión total de la luz.
- Permanece en esta posición durante algunos minutos
- Abre los ojos y disfruta de esa sensación de frescura.
La diferencia de temperatura percibida por el cutis del rostro en el paso del contacto con las manos y el aire del entorno provoca esta sensación agradable y regenerante.
Para realizar este tipo de ejercicio bastan pocos minutos. Por esta razón, es ideal para encontrar un poco de serenidad y alivio en las breves pausas de la vida cotidiana, en el trabajo, en la oficina o en la espera entre un cliente y el otro.