Todos sentimos miedo ante una situación difícil y excepcional en la que la incertidumbre condiciona nuestras vidas. La actual pandemia es una de ellas.
Nos afecta directamente, pero hay variables que lo intensifican.
Para empezar el bombardeo mediático.
Probablemente, nunca hayamos prestado tanta atención a los medios, surgiendo palabras al respecto como “infoxicación”. Estar informados es positivo, pero como decía Aristóteles “la virtud está en su punto medio”, debemos evaluar el uso que hacemos y el tipo de información. Conseguir diversificar nuestra forma de interactuar con los medios será de buena ayuda para coger perspectiva y ver más allá.
Además, vivimos momentos más que complicados ante las restricciones que se han impuesto (confinamiento, restricciones perimetrales, cierre de hostelería...). Nunca hasta la fecha nos habíamos enfrentado a algo similar, y no es sencillo. Debemos agudizar nuestra empatía y pensar que son medidas excepcionales que tienen por objetivo el bien común, aunque interfieren en nuestra vida cotidiana (no hablamos de estar de acuerdo o no con ellas).
La auténtica reflexión es ver qué está bajo nuestro poder de acción y qué no. Qué depende de nosotros para desarrollar mejor nuestras vidas. Todos sabemos las medidas de seguridad e higiene a tomar (mascarilla, higiene, reuniones sociales, etc.), y debemos cumplir. Pero a partir de ahí, en nuestra vida más privada, podemos tomar actitudes diferentes. Aceptando el escenario actual, si podemos decidir cómo ocupar nuestro tiempo, cómo enfrentarnos a la situación… Tener una rutina puede ser de gran ayuda. Rutinas con distintas actividades, que nos hagan evadirnos por momentos de la sensación de encierro.
Tenemos más tiempo que nunca pero no podemos ocuparlo en lo que seguramente quisiéramos pero lo podemos ocupar. Es determinante cómo hacerlo.
No debemos olvidar que somos los seres más adaptativos de este planeta.
Esta situación la superaremos juntos y cuánto más centrados en las soluciones, desde las individuales a colectivas, antes lo conseguiremos.
Ánimo!